2011, año de revoluciones. En todo el mundo, millones de personas se han levantado al fin contra los dictadores, contra los bancos y especuladores. Contra todo lo establecido por ley, avaricia, estulticia.
Pero hay aún otra revolución. Una rebelión silenciosa, de la que nadie habla. Que no aparece en los telediarios, ni copa las portadas de los periódicos. La revolución interior.
La que, un buen día, te da fuerzas para levantarte contra los implacables policías del Tiempo y gritarles que nunca es tarde para tus sueños. A plantarte en tu plaza frente a los grises y amenazadores tanques de la Rutina. La revolución que te lleva a acampar indefinidamente frente las puertas del Descontento, cantando palabras llenas de valor, que suenan todavía extrañas, trémulas, en tu voz y que sin embargo ya son tuyas. Nada ni nadie te las puede robar. Esa revolución en la que sales a las concurridas calles de tu pensamiento, sin miedo a que tus miedos te apaleen para detenerte, pues te sientes capaz de levantarte de nuevo y mirarles con fiereza. Aquí estoy. No vais a poder conmigo. Nunca más. This is my own revolution. #Vida Real Ya.