Quién es más valiente: ¿el capitán que lucha, loco incansable, tripulando el navío contra viento y marea... o las ratas que lo abandonan a tiempo, con la decisión de embarcarse en nuevas aventuras? No sabría decirlo. Dos formas de verlo, dos formas de verdad que se muestran bajo la luz radioactiva que calienta nuestra inquietud con inusitada furia; como nunca lo ha hecho antes, y probablemente jamás lo haga.
Quizá lo absurdo es ser capitán, cuando diriges a tu tripulación a ninguna parte. Cuando has perdido el norte, si es que recuerdas haberlo tenido. Cuando las cartas de navegación no señalan nada relevante y las brújulas y los instrumentos comienzan a fallar, bajo la influencia de brumas y mareas invisibles provenientes de mares lejanos.
Quizá es ridículo ser capitán de tu vida, navegando inútilmente por los mares de marzo, los océanos del dolor, con sus altas olas de locura, incertidumbre y descontento.
Las sirenas lo saben bien. Y miran con lástima al iluso capitán de navío capaz de adentrarse en tan tenebrosas corrientes. No entonan cantos. Se quedan quietas, con pose melancólica, y lo observan pasar zozobrando, mientras consuelan en sus regazos a las ratas recién caídas del barco y se dejan calentar por el sol naciente.
9 comentarios:
Así empezó Cristobal Colón y acabó en América. Y las ratas se lo perdieron.
Las ratas no son las primeras en abandonar el barco... en realidad lo que pasa es que sus madrigueras son las primeras en llenarse de agua y pasamos de no verlas a ver demasiadas... pero al margen de ello, el capitán que se queda en el barco es un cobarde iluso que no cree que se vaya a hundir o que no se atreve a enfrentarse a no tener nada que hacer.
Prefiero el idealismo y la responsabilidad del capitán que la mezquindad de algunas ratas que, cuando ven mal el panorama, son las primeras en abandonar el barco, aunque ésta vaya a ninguna parte.
Nos leemos.
_Angelillo: Pues más de una rata de cloaca desembarcó en América. Si no, que se lo pregunten a los pobres indios. Hala, eso sí, juzgar pasado tanto tiempo es un tanto injusto. Por aquel entonces, los derechos humanos no se contemplaban y la brutalidad era la normalidad. Un momento, ¿no es ahora lo mismo? Aggg, ajjjco de mundo.
_Outsider: ¡¡Esa es la cosa!! Al final, el capitán es un poco el cobarde iluso que sigue al pie del cañón sin saber muy bien para qué, casi como un robot programado para seguir el curso de los acontecimientos. Por otro lado, es el único con ideales...
_Pedalier: ... y ese es justo el segundo punto de vista de la historia. ¿Qué pasa con el capitán que se aferra a su deber? ¿Quién le ayuda a él y se pone en su lugar? A ver si el pobre se está equivocando y es mejor y más sencillo ser rata, que es lo que me empiezo a plantear en este punto de mi vida.
GRACIAS A TODOS POR COMENTAR.
Gente como vosotros me da ganas de retomar el blog, con lo que cuesta en este momento, que no puedo estar más liada de cosas. ¡¡Un beso grande!!
Que no mentere yo: tú no abandonas este barco bloguero ni en bruma
_Señorita Puri: a ver si es verdad que no abandono este barco que hace ya aguas :P.
Tengo una entrada en la cabeza (no me refiero al pelo, que tengo buen pelo ajajja), lista para escribir. Si queda bien, será la siguiente.
¡UH! baby, baby it's a wild world
_Carlos Fox: toma temazooooo ;). Me has alegrado el día, a lo tonto ajjajaa
Publicar un comentario