martes, 24 de septiembre de 2013

Preguntas viajeras

En alguna parte leí que viajar en el tiempo consiste técnicamente en destruir nuestro cuerpo y recomponerlo en otra ubicación.

De la misma manera, cuando nos empeñamos en dirigir una pregunta al pasado, esta se descompone en moléculas, inestables y carentes de sentido, difícilmente reconstruibles en su momento y modo original. Gritas: “¿Por qué, Por qué lo hice?”, “¿Por qué pasó?”, “¿Qué pude hacer para evitarlo?”. Pero tan solo llegan, a la velocidad de la luz, los punzantes pedazos de tu desesperación.

Y si lanzamos nuestras preguntas al futuro, nuestras cuestiones se deshacen en añicos, sordo polvo estelar incapaz de recomponerse, como un jarrón roto, por el ímprobo esfuerzo de viajar a lo que aún no ha sido.

Por eso creo, cada vez más, que solo existe el Aquí y el Ahora. El más corto y hermoso viaje. La estabilidad molecular de nuestras almas.