viernes, 28 de mayo de 2010

Carta

El escritor recibió una carta en el buzón de casa. El sobre era suave, tenía el inconfundible tacto de una hoja verde de árbol y un olor fresco, delicioso. Lo abrió inmediatamente, tal era su curiosidad. Dentro se encontraba la misiva, que olía a flores silvestres:

Amigo Escritor,

Soy consciente de que encontrar inspiración no resulta sencillo, pero permítame decirle que últimamente usted ha caído muy bajo. Se ha instalado en la cursilería, en el recurso fácil. Escribiendo vagos poemas de sentimientos, post lacrimógenos en su blog, y auténticas fruslerías en su cuaderno negro de anotaciones...

¿Que cómo lo sé? Sencillamente, porque soy yo quien tiene que sufrirle, que aguantar su prolongada sequía creativa y su falsa ilusión de que yo puedo ayudarle en algo. Sí, me he fijado en cómo me mira desesperado, a la búsqueda de ideas. Cómo observa las flores, los árboles, las muchachas del parque vestidas con livianos vestidos blancos...

Por ello le pido, por favor, que deje de inspirarse en mí, en todo lo que yo (en su opinión) pueda proporcionarle. No es mi misión ayudar a escritorzuelos frustrados. Es más, es un extra de mi trabajo que me repugna sobremanera, compréndalo. Son cientos, miles de años, aguantando esto; especialmente desde la llegada de lo que ustedes llaman Romanticismo. Y ya he llegado al límite, se lo digo.

Sin más, se despide atentamente,

La Primavera

martes, 18 de mayo de 2010

Modas

Ignacio C. era un fotógrafo de tendencias: captaba las más rutilantes tendencias mentales y las ponía de moda. Si algo salía en su blog, inmediatamente todas las muchachitas y los jóvenes preocupados por su imagen intelectual deseaban tenerlo en sus cerebros. Así fuera una dialéctica impresionante o una oratoria sublime, cuanto aparecía en sus instantáneas se convertía al momento en objeto de deseo y en blanco para los imitadores.

Precisamente esos, los imitadores, eran los peores de cuantos admiraban su trabajo. Gente de pose, de gruesas gafas -de un grosor obsceno-, de afectados gestos, que trataban de emular sin éxito un enfoque atrevido, una original línea de pensamiento, sin saber llevarla.

¡He echado a volar!

No, no dejo el blog; aunque si sigo sin poder darle vida, me lo tendré que plantear más adelante :(… Es que me hecho pájaro, o mejor dicho, una pájara de cuidado. Bueno, no me ando más por las ramas (lo de pájaro se me ha subido a la cabeza):

Que he abierto un perfil en Twitter, por si queréis que nos sigamos en esa red.

Me da alas escribir esas pequeñas reflexiones de 140 caracteres y, por supuesto, me encantaría compartirlas con vosotros.

Mi perfil, aquí.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Sonrisa

No ha sido un día cualquiera. Ha sido un día de mierda. De esos en los que todo se junta, y que no parecen tener final....

Pero todos lo tienen. A veces hasta bueno.

Y hoy, el punto final lo ha puesto una sonrisa. La que me ha sacado un hombre que pedía en el tren, en mi viaje de camino a casa.

Cuando llegué al andén, lo encontré inquieto, esperando la llegada del convoy. Un hombre que va a pedir; me dije, sin más, y seguí con mi libro. El tren no tardó demasiado. Y justo antes de entrar en él, vi cómo aquel hombre se miraba en el cristal de la puerta, se atusaba el pelo y aclaraba su voz. Su singular ritual de preparación para el discurso, captó mi atención...

Al subir al vagón, nos cruzamos y me dijo "Perdón, señora", aunque una fugaz mirada a mi rostro le sirvió para corregirlo con un "...¡señorita!". Ante tal rapidez de refrejos, le sonreí. Y él me dijo: "Gracias por esa sonrisa". En ese momento, se colocó finalmente frente a su somnoliento auditorio y empezó su discurso: sencillo, directo, emotivo. Sin dejar de mirarme de reojo.

Como no podía ser de otra manera, le di el poco suelto que llevaba. Otra sonrisa, esta vez suya. Y una frase de despedida: "Descansa, bonita". Me chocó que mi cara delatara tal agotamiento, y me quedé pensativa aunque aún alegre.

Ya me imagino contándole a alguien: "No veas, con el día tan maravilloso que he tenido hoy, y esa chica de cara cansada del tren me ha dejado, no sé, de bajón" :P