- María, ven. ¿Tengo algo en el ojo?- A ver... ay, sí. Espera, que soplo. Fuuuuuu.
Y así salió del ojo del cíclope esa sandalia del 43 que le estaba irritando un poco el lacrimal.
De la reflexión al relato, una mirada imprevisible. ¡Mira conmigo!
13 comentarios:
Ums microcuentos a lo monterroso¡¡¡
Genial¡¡¡
jejjejejejejeje, ya quisiera yorrrr. Bssssssssssssss :)
¡Una sandalia del 43! Joder, 66 años que llevaba ahí la sandalia, ya le tenía que doler, ya...
Todo culpa de Odiseo, sin duda...
Nada que no remedien un par de litritos de Optrex...
_Srta.: jajjaja, una sandalia franquista, ni más ni menos. Se le habría enganchao en aguilucho al ojo...
_Buenas Noticias: al pobre siempre le echan las culpas, es que no puede ser; unos llevan la fama y otros cardan la lana :P
_Illystil: ¡o una garrafa tamaño familiar jajajajaja!
Me encanta redescubrirte.
Un besazo!
_Serafina: ¡y a mí me encanta que vuelvas por aquí, qué ilusión! Gracias por comentar para saberlo :)
Luego van otros y se quejan por nada. QUE LO LEAN, QUE LO LEAN.
Besos, Sara!!
Y yo que me quejaba hoy , hace un rato nada más xq no podía quitarme una pestaña que se había metido no se como en mi ojito izquierdo jajaja.
Muy bueno Sara !!!
Besazo y felíz finde.
_David: ya te digo, ¡quejicaaaaas! jajajaja :P
_Rembrandt: la verdad, son latosas las pestañas; una no recuerda que son tan duras hasta que no las tiene raspándole el ojo jajajaja.
¡Gracias a los dos por volver!
Surgida, probablemente, de un formidable bostezo de una zapatería.
Salud
_Möbius: ¡bonita imagen la de la zapatería bostezando!
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