lunes, 20 de septiembre de 2010

Mudanzas I: Conversaciones de ascensor

El señor Julián se mudó a un piso bajo: sus hijos se quedaban más tranquilos, ya que comenzaba a tener problemas de movilidad, y el ascensor de su edificio se averiaba constantemente.

Pero algo fallaba en esta “brillante” idea: al tener acceso directo a su vivienda, el anciano ahora no tenía ocasión de mantener las típicas conversaciones de ascensor. Y él, ni mucho menos, estaba dispuesto a perder esas charlas imprescindibles en la vida de todo jubilado.

La primera solución al problema fue sencilla y evidente, a pie de portal: el señor Julián empezó a coger por banda a sus vecinos mientras recogían la correspondencia del buzón. En cuanto escuchaba a uno venir, ¡zas!, salía por la puerta y le daba por lo menos la conversación equivalente a subir cuatro pisos.

Pero al poco tiempo, el señor Julián echó en falta tener más interlocutores, ya que su nuevo bloque era muy pequeño y muchos vecinos no accedían por el portal, sino por el garaje. A pesar de tener todo el tiempo del mundo, no le seducía la idea de pasarse el día tras la mirilla, pendiente de si algún un vecino pasaba por allí.

Así que hizo como Mahoma con la montaña: si las charlas de ascensor no venían a él, él las sacaría a otros contextos; como la panadería de doña Francisca, el supermercado Mercadona de la esquina o la parada del 165, que cogía a diario para ir al centro de mayores.

Las conversaciones más típicas –sobre el tiempo- parecían funcionar viento en popa: la gente le seguía la corriente al lunático anciano; con algún gesto escueto los más tímidos o aportando algún dato meteorológico, los más informados. Pero, con gran pesar, el señor Julián pronto descubrió que a nadie fuera de su bloque le interesaba lo más mínimo el escándalo que había montado el jovencito del quinto o que el portero siguiera sin cambiar esa bombilla que parpadeaba en el pasillo...

14 comentarios:

Sara Mansouri "Saroide" dijo...

¡Bueno!

Por fin he podido subir algo y tener tiempo de entrar en vuestros blogs, es un rollo estar sin Internet en casa. Al menos hasta el mes que viene tendré un Internet móvil para conectarme de cuando en cuando :)

Bsssssssssss :)

Perla del Turia dijo...

Qué relax las conversaciones de ascensor, uno siempre sabe cómo empiezan y cómo acaban... ¡A veces uno necesita un poco de certidumbre en su vida!

Sara Mansouri "Saroide" dijo...

_Perla del Turia: ¡Absolutamente! Esa es una de las ideas que inspiró esta entrada: la sensación de que sin conversaciones así pierdes algo conocido y estable en tu vida (yo ahora también necesito más certidumbre, todo me da vueltas) ;). ¡Gracias por venir de nuevo, remaja!!

Pedalier dijo...

Del montón de apuros que no ha sacado el ascensor. Qué aburrido se haría el trayecto sin poder hablar de la conversación estrella: el tiempo.

Un placer encontrar sitios nuevos donde leer cosas interesantes.

Nos leemos.

Sara Mansouri "Saroide" dijo...

_Pedalier: efectivamente, qué socorridas las conversaciones de ascensor. Y qué útiles: siempre sabes si llevar o no paraguas al día siguiente. Bienvenido a mi pequeño blog, nos seguiremos ;)

LOLA dijo...

Viví durante muchos años en un edifio, ahora vivo en una casa y me pierdo totalmente esas conversaciones, ni siquiera tengo un vecino cotilla... bueno sí, tengo una vecina-cotilla-caraconejo que me encanta.... pero es una pena no tener un habitáculo reducido donde coincidir para hablar de la bajada de temperaturas... un beso

mansi nishi dijo...

son tan necesarias las conversaciones banales cuando uno tiene cierta edad!!! gran historia!!!

besos

Sara Mansouri "Saroide" dijo...

_Lola: ¿se hace raro no usar el ascensor, verdad? Yo en mi otra casa coincidía con un señor que siempre iba con su perrito, parecía que tuviéramos los horarios coordinados.

_Viajes.net: ¡Hola! La verdad, estoy en los premios 20 blogs porque darse de alta era la única manera de votar a algunos blogs que me gustan mucho, como "10 historias, 10 canciones". No tengo ni un voto, ni los he pedido a nadie ni los intercambio con otros. Si me gusta vuestro blog, libremente lo votaré. ¡Mucha suerte! ;)

Señorita Puri dijo...

¿de qué hablará Mariano Medina en el ascensor?

Rembrandt dijo...

Las conversaciones de ascensor son como twitter , cortitas pero te enterás de todo lo que pasa jeje.

Besos amiga mía y que pronto tengas internet en tu casa!
REM

Sara Mansouri "Saroide" dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sara Mansouri "Saroide" dijo...

_mansi nishi: efectivamente, nuestros mayores necesitan algún punto de referencia, en este mundo vertiginoso y cambiante ;)

_Señorita Puri: imagina que fuera vecino de Montes de Oca, o de Maldonado. Los imagino en plan vaquero: "Solo hay sitio para uno de nosotros en este ascensor".¡Se desataría la tormenta!

_Rembrandt: cortas e imprescindibles, no has podido definirlas mejor. Y lo mejor es que tienen una duración determinada, si algún pesado te intenta retener, te acabas pasando de piso y eso rompe todas las reglas de fair play de una conversación ascensoril ;P.
Por cierto, ahora tengo un Internet provisional, a ver si poco a poco entre ratitos sueltos en la ofi (más complicado) y mi casa, me pongo al día con el mundo blogger.

Anónimo dijo...

Me parece, Saroide, que ya sé porqué la mayoría de los vecinos del Sr. Julian accedían por el parquing a sus viviendas.

¡Un besoide!

Sara Mansouri "Saroide" dijo...

_Carlos Fox: no me extraña, ¡yo también huiría como una borrasca que pasa de largo la Península!