Se conocieron mangando en el Mango. Profundizaron en su relación en el pasillo del Zara-Berscka-Pimkie-H&M-Springfield. Se dieron las llaves de sus corazones en un Mister Minit. Pelearon y perdieron por completo los estribos junto al plano orientativo de la planta 2. Se reconciliaron en los bancos sin palomas y sin vida de la planta tercera, sentados entre dos señoras con carros de bebés tan deportivos que podrían romper la pana en las carreras clandestinas de coches tuneados. A las 9 cenaron en el Burger King, donde los dos escogieron un Menú Big King con patatas grandes y Coca-Cola Light y quitaron sendos pepinillos a sus hamburguesas. Quedó claro: estaban hechos el uno para el otro; y nada, ni siquiera las gruesas columnas del parking de la planta -1 podría separarlos jamás.
*Nota de la B. Mall: centro comercial, en inglés norteamericano. Y eso :)
10 comentarios:
Amor centro comercialero.
Que mejor lugar para conocer a tu media naranja... y perderla.
Un saludete
Y cual Ginger y Fred patinaron de la mano por el suelo encerado.
Qué bonito relato.
Supongo que te habrán dicho en numerosas ocasiones que tienes una gran imaginación. Debes de ser una buena redactora publicitaria. ¿Cómo promocionarías un sitio web para futuros e-namorados? I hate Malls, but I need her call.
Un saludo, y gracias por tu simpatía.
Yo me enamoré de la moda juvenil, pero me acabó poniendo los cuernos con el tiempo.
Saludos
*Chache, ten cuidado si conoces tu media naranja en un centro comercial: lo más probable es que le pierdas el rastro en una tienda orange.
*Puri: gracias majeta. Lo que pretendía es precisamente eso, un relato bonito, aunque también siniestro. Es que ayer estuve en un centro comercial y me espeluznan :). Dicen los sociólogos que en el SXXI son las nuevas plazas públicas. Lo que hay que oír.
*loverfriend. ¡Gracias a ti! La verdad, los verdaderos creativos enfocan su creatividad a resolver problemas reales; mientras que yo, en todo caso, soy imaginativa, de crearme mis personajes e historias, y cada vez tengo más claro que son cualidades distintas. Por eso, me encanta el mundo del guión. Snif, snif. ¿Un eslogan? ¿I Hate Mall-otes? jjajaja, qué malo :P
*Möbius: jejeje; la moda juvenil es todo menos madura y estable, eso ya se sabe. Pero al menos pasarías un buen rato con ella. :)
yo amo los pepinillos de las hamburguesas¡¡¡¡
¡Cuidado, órdago! No te pases al extremo contrario y te comas el pepinillo y deseches la carne :P
Se conocieron en un centro comercial. Él se apellidaba Sánchez y ella Romero. Ella era un poco paletilla y él manso como un cordero. Se casaron en el Corte Inglés, y de luna de miel viajaron a la zona de congelados para conocer la nieve.
(continuará?)
jejjeje, Puri. Tu historia sí que es mona y tierna como un corderitooo. Salá.
jajajaja, esta bien.
Publicar un comentario