Estos días hace un frío que pela. Y vamos todos como el Conejo de Alicia, corriendo, corriendo. Nos movemos de una madriguera a otra para no pisar la calle.
Es un divertido juego: ¡el que la pisa la calle un rato seguido, pierde! Salimos por la mañana de la madriguera-casa y nos desplazamos en la madriguera-metro/taxi/coche para llegar a la madriguera-oficina, desde donde nos lanzamos a la madriguera-cafetería a tomar algo caliente. Luego regresamos a la madriguera-casa. ¿Y para salir de compras? Pues vamos de la madriguera casa a la madriguera-coche y de allí a la madriguera-parking y la madriguera-supermercado/centro comercial. ¡Todo está calculado! Y por la noche, salimos a las madrigueras restaurante/cine/pub para volver rapidito al punto de partida: la madriguera-casa.
Ni un solo centímetro de nuestros cuerpos ha de pasar frío. En esta gran ciudad, aspiramos a ser seres calentitos, bien vestidos y alimentados. Ese es el fin último del juego.
Pero –lástima- yo ya he perdido la partida de hoy. Porque esta mañana perdí el autobús: estuve un buen rato esperando en la parada y me tocó ir andando a la oficina. 15 minutos largos bajo el gélido viento. Ya ni me molesto en reengancharme. Y es que hay rivales muy duros, que no han pisado la calle en todo el santo día. Un ejemplo: subiendo en el ascensor a la ofi, oigo a dos señoras conejo que suben directamente de su madriguera-parking…
– Chica. Qué frío.
– Ya te digo, lo he visto desde el coche.
Qué mala soy jugando a cualquier cosa. Jo.
3 comentarios:
Jajajajajajaaja.... me ha encantado el final... :-)
El final me recuerda a aquel chiste de los dos negros orinando desde lo alto de un puente y uno le dice al otro qué sucia está el agua, y el otro le dice "sí, y qué fría!", pero en fin, yo más que coneja prefiero ser Alicia, comerme un pastel que me haga pequeña, para poder llegar a las 4.15 de la ruta del cole, tener mi casa calentita y mis programas infantiles mientras meriendo un bocata de chorizo de pamplona con mantequilla y mami me acaricia el flequillo y me da un beso en la frente.
jo, qué tierno Puri. Recuerdo esas meriendas en casa con chorizo o Nocilla mientras canturreaba el "na-na-na, na-na-na..." de Barrio Sésamo...
Publicar un comentario